4.20.2012

Ansiedad, obsesión, miedo

Como si una neurosis fuese relevante, que os jodan a todos.
Azul, blanca, amarilla... Todas juntas de un trago. Buena chica.

Abro los ojos y no es una alucinación, todo brilla a mi alrededor. Las luces se suceden en una imparable esquizofrenia caleidoscópica, mi piel se vuelve incandescente en las tinieblas y hace que brillen las palabras que algún gilipollas quiso escribir sobre mi piel en pintura fresca y fosforescente. Aún está húmeda y me hace cosquillas. Sonrío por primera y no última vez.

Llega a mis manos una botella y la dejo sin aliento antes de que replique.Ya de paso, me ventilo a sus hermanas para que no se sienta sola o especial, porque al fin y al cabo, sois una mierda, todas sabéis a toxinas y nubláis mis sentidos por igual. Sois una maldita mierda jodidamente adictiva.
Sólo me importa que los colores no cesen, que la gente siga dando vueltas a mi alrededor como si no hubiese un mañana y así poder seguir siendo parte de la histeria colectiva que arrasa entre el humo de quién sabe cuántos kilos de hachís.

Y así se suceden los minutos, las horas, los días. Quemando las ansias de vivir en un antro sin precedentes ni perdón, plagado de gente sin alma que sonríe por un poco de absenta y te abraza por un pellizco de nieve. Aquí todos somos iguales, todos hemos venido a morir, no verás a nadie impoluto. Somos una familia con alcohol en las venas, humo en los pulmones y cocaína en el cerebro.
Nos sentimos increíbles por haber descubierto cómo se baja al infierno, por haber cruzado una carretera angosta de un sólo sentido sin posibilidad de retorno, confinados en una habitación con entrada y sin salida.
Un reducto glorioso donde han venido a morir mis palabras y tus canciones de amor.

Aquí te espero.

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