Jeff Buckley sabía.
De un amor sin reservas,
sin notas dispares.
Surcado en aromas constantes
de melodía encadenada
y dulce.
De un hombre que amaba,
consciente.
De una mujer que soñaba,
inconsciente.
De un abrazo.
De un amor
eterno
perfecto
perpetuo.
Hallellujah.
Para siempre.
Para tí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario